Dar un premio es una de las formas más naturales que tenemos de comunicar cariño y reforzar conductas en nuestras mascotas. Pero no todos los snacks son iguales, ni cualquier momento es el adecuado para ofrecerlos. Usados con inteligencia, los premios son una herramienta valiosa; usados sin control, pueden convertirse en un problema para la salud.
Moderación: la regla del 10%
Los snacks nunca deberían superar el 10% de la ingesta calórica diaria. Esto evita dos riesgos comunes:
Obesidad: el exceso de calorías, aunque venga en forma de “golosinas”, se traduce en sobrepeso.
Desequilibrio nutricional: si un animal come demasiados premios, puede dejar de ingerir su dieta completa y balanceada.
La calidad importa: menos azúcar, menos químicos
No todos los premios son apropiados:
Evita snacks con azúcares añadidos, colorantes o conservantes artificiales innecesarios.
Prefiere opciones naturales, de alta calidad y adaptadas a perros o gatos (ejemplo: trocitos de pescado deshidratado, pequeños dados de queso bajo en sal, snacks formulados con ingredientes simples).
Cuidado con “premios caseros” improvisados: muchos alimentos humanos (chocolate, uvas, cebolla, xilitol) son tóxicos para ellos.
El momento adecuado: refuerzo y vínculo
Los snacks no son solo comida: son un refuerzo positivo y un recurso de enriquecimiento social. Durante el entrenamiento: un premio inmediato al buen comportamiento consolida el aprendizaje.
Sin embargo, en contextos de estrés: dar un snack en un momento de excitación excesiva o inmediatamente después de una conducta indeseada, puede ayudar a crear asociaciones positivas.
También son una excelente herramienta como vínculo emocional: ofrecer un premio con contacto visual y afecto fortalece la relación humano-animal.
Recomendaciones prácticas de un etólogo
Mide los snacks que ofrecerás antes del día para no pasarte sin darte cuenta.
Usa parte de la ración de pienso como premios: así evitas exceso calórico.
Elige premios pequeños y frecuentes en lugar de grandes cantidades. El refuerzo es más sobre cuándo das el premio, no sobre cuánto.
Observa la reacción de tu mascota: si los snacks generan excitación excesiva, guárdalos para momentos concretos y refuerza con caricias o juego en otros.
Los premios son herramientas de comunicación, educación y vínculo. Pero, como todo en nutrición y conducta, la clave está en la moderación, la calidad y el momento adecuado.